Octavio Elias Rico Chávez

Escrito el 22/08/2023
matana



Hola, soy Octavio, pero me gusta que me llamen Tavo. Tengo catorce años y quiero compartir un poco de mi historia con ustedes. En abril de 2022, me diagnosticaron con leucemia mieloide aguda, una enfermedad de la sangre que suele afectar más a los adultos, aunque también puede afectar a los niños, aunque es menos común.

Desde que recibí el diagnóstico, mi vida ha cambiado por completo. Ahora debo acudir con frecuencia al hospital junto a mis papás. Ya no salgo tanto a lugares como solía hacerlo, ya que estoy en proceso de transplante de médula ósea. Este tratamiento me ayudará a recuperar mi salud y, finalmente, volver a ver a mis amigos y disfrutar de salir nuevamente.

Recuerdo claramente mi primera sesión de quimioterapia, que duró cinco días. Sin embargo, al tercer día, empecé a sentir muchas náuseas y fiebre, lo cual llevó a suspender temporalmente la quimioterapia. Descubrieron que tenía una infección y me mantuvieron aislado y sin comer durante un mes completo. Recibía medicamentos pero no podía tomar ni una sola gota de agua. Esta situación hizo que perdiera peso considerablemente. Una vez que lograron controlar la infección, comenzaron a introducirme una dieta parenteral para que poco a poco pudiera empezar a comer de nuevo.



Recuerdo una noche en particular, sentí que me faltaba el aire y los doctores vinieron a chequearme. Me hicieron unos estudios y, al mismo tiempo, me administraron oxígeno para ayudarme a respirar mejor. Cuando los resultados de los estudios estuvieron listos, me diagnosticaron COVID-19. Había dado positivo y ya estaba en la fase final de la enfermedad, lo cual significa que mis defensas estaban muy bajas. Fue un momento aterrador tanto para mí como para mis papás, ya que sabíamos que mi sistema inmunológico estaba debilitado debido al tratamiento de quimioterapia.

Durante esos días de lucha contra el COVID, mi cuerpo se debilitaba aún más. Me faltaba el aliento constantemente y me sentía completamente agotado. Los médicos y enfermeras lucharon incansablemente para mantenerme estable, administrándome oxígeno y observando mi condición muy de cerca.

Después de semanas de batalla, finalmente pude vencer al virus y salir de esa temida fase final del COVID. Fue un alivio inmenso para mí y para mis seres queridos, quienes nunca dejaron de apoyarme a lo largo de este proceso tan difícil.

Aunque mi camino hacia la recuperación no ha sido nada fácil, he encontrado una luz de esperanza en Matana, una organización que brinda apoyo financiero a pacientes que luchan contra enfermedades costosas. Me encontré con esta oportunidad mientras buscaba opciones para costear los gastos médicos de mi leucemia.

Me emociona contarles que gracias a Matana, ahora tengo la posibilidad de recibir el tratamiento médico adecuado sin tener que preocuparme por los altos costos que esto conlleva. Esto me brinda una tranquilidad muy necesaria para poder enfocarme en mi salud y en recuperarme por completo.

A través de todas las dificultades que he enfrentado, he aprendido a valorar cada momento de la vida aún más. Me he dado cuenta de la importancia de la solidaridad y del apoyo de los demás en momentos de adversidad.

Quiero invitarlos a que se unan a mí en esta lucha contra la leucemia y a apoyar a organizaciones como Matana, que hacen posible que personas como yo puedan recibir el tratamiento que necesitan. Cada pequeña contribución marca la diferencia en la vida de alguien que está pasando por momentos difíciles.

Agradezco de todo corazón a todos aquellos que han estado a mi lado en este camino, a mi familia, amigos, médicos y enfermeras, y a todos los que han contribuido de alguna manera a mi bienestar.

Mi historia sigue en proceso, pero estoy decidido a vencer esta enfermedad y volver a vivir una vida plena. Con esperanza y con el apoyo de personas como ustedes, sé que puedo lograrlo.

Gracias por escuchar mi historia y por ayudarme a difundir el mensaje de apoyo y solidaridad.

Con cariño,

Octavio "Tavo"